
El misionero cristiano estadounidense John Chau fue asesinado cuando intentaba contactar y convertir a algunos de los últimos pueblos indígenas no contactados del mundo, los sentineleses. Las reacciones contradictorias y divididas del público e incluso de su propia familia revelan una comprensión más profunda del verdadero John Chau, un joven con un espíritu aventurero y una obsesión singular.