Víctor vuelve a su país durante las vacaciones de verano. Tiene veinte y pocos, y se ha criado en Málaga. Víctor hace un viaje que lo enfrenta con sus raíces: un pueblo deshabitado en la herida de Los Balcanes, Bulgaria. Allí conoce a Liuben, un adolescente huérfano de etnia gitana que se gana la vida, entre otras cosas, vendiendo frutas junto a una cuneta.